Perfectamente imperfecta.

miércoles, 13 de julio de 2011

'> -Pellízcame la mano, la cara. No sé, muérdeme -dice ella, mirándole a sus ojos, color caramelo, firmes, serenos.
-¿Pero qué dices? ¿Para qué voy a hacer eso, boba? -dice el, entre risas.
-Para demostrarme que esto es real, que no es ningún sueño, ni nada. -al decir esto, él la agarra de la mano, la acaricia con su dedo pulgar, sonriendo.
-¿Lo notas? Te estoy tocando la mano, ¿notas mis dedos entrelazados en los tuyos? Estoy aquí, en frente de ti, esto es real; Pero lo único que creo que no es real, que parece imposible, es este amor que siento por ti, te amo tanto, que duele. Te amo tanto, que lo gritaría hasta en el infierno. Te amo tanto... que... -silenció su voz acercándose a ella, besándola, suavemente.
-Me besas como si no hubiera un mañana...
-¿Y eso te asusta? ¿Quién sabe si mañana yo estaré vivo? ¿Quién? Nadie me lo puede afirmar. Siempre, siempre, te besaré como si no hubiera un mañana, ni un pasado, pero recuerda: Contigo querría llegar al siempre.
-Qué bien suena eso... Qué bien sonaría tu voz al despertarme, el sonido al besarme antes de acostarme.
El la besa con pasión, se unieron en una sola persona, en un solo cuerpo...
-¿Hasta siempre, princesa?
-Y hasta más.
-Prométeme una cosa...
-Prometido, cielo. -sonríe ella.
-No te lo dije... -suspira rodando sus ojos y mirándola fijamente tras esto.
-Te prometería hasta llegar a las estrellas, pues me es fácil cuando estamos cerca, cuando me besas, cuando siento que soy tuya, como ahora.
-¿Entonces me lo prometes?
-Eternamente. 

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