Perfectamente imperfecta.

miércoles, 6 de julio de 2011

Tu día a día, de la noche al día.

'>
Te despiertas, sientes esa caída de párpados intensa, la cual va cesando por segundo que pasa, cosa que no quiere decir que tengas menos sueño, sobre todo si la noche que has pasado ha sido corta, larga o simplemente ni cerraste ojos. Miras a la ventana, extrañada, no pensabas que el tiempo corría tan deprisa, ni si quiera sabes la de segundos, minutos y horas que pasaron, que perdiste por el simple echo de dormir, una necesidad de la vida. Bostezas, te desperezas, dejando tus músculos relajados, miras el reloj, piensas que un día más, un día con la misma mierda más, un día más en nuestra vida, sin pensar que sigues aquí, con millones de razones por las cuales seguir, permanecer, sonreír, reír, querer. Vas hacia el cuarto de baño, te aseas, desaparece parte de la cara de sueño, de momia que puedas llegar a tener. Sales, sin darte cuenta lo miras todo, dándote cuenta de que nada cambió a lo de ayer, y repites: Otro día con la misma mierda; Sin pensar en que... ¿Y si cambiara tu día? ¿Y si alguien no siguiera ahí contigo? ¿Y si hubiera mil razones por las cuales ya no sonreír? Si tu día cambia, tíñelo de color, si alguien no sigue contigo, estarás en un tiempo no muy lejano con esa persona, y si hay mil razones por las cuales no sonreír, tendrás dos mil por las que SÍ sonreír; El ser humano llega a tener un egoísmo proporcionalmente directo a ser tonto, necio. Te vistes, la misma ropa de todos los días o quizás no, quizás estrenas. Coges lo necesario si sales, si no sales, tendrás otras cosas más o menos importantes que hacer, pero lo importante es actuar. Aprovechar el minuto a minuto, sentirse bien consigo mismo, sonreír ante un espejo, hacer tonterías a él, mirar el reloj y sonreír porque pasó un segundo y sigue siendo todo igual, sin una desgracia más sin una desgracia menos, todo igual.
Tener una pesadilla, levantarte exaltada, y recorrerte tu casa entera viendo que nada de ese sueño, ese sueño maldito, entonces observas... Mira, mira, las paredes en las que te apoyabas cuando eras pequeña para andar... Oh, y mira esto, el suelo, el suelo por el que andaba, por el que me peleaba por hacerme caer. Y mira, mi padre, mi madre, mi hermano... Por días un poco más envejecidos, por días, los quiero más, por días me demuestran que siempre una razón de existencia, se puede subdividir en varios apartados: Tres personas, con sus nombres.
Entonces, sonríes, dices que eres tonta, que estás loca... Y vuelves a tu cama, e imaginando recuerdos o cosas que te gustarían que pasaran y sonriendo como tonta, te vuelves a quedar dormida como una niña pequeña. Porque aunque, por día TODOS seamos un poco mayores, por cada acto que hacemos, demostramos que ese punto infantil tienes.
Se me apetece en muchas ocasiones, sonreír como cuando era pequeña, agarrarme de la mano de mi abuelo, de mi abuela, se me apetece despedirme de ellos bien como no hice en su tiempo, decirle que les quiero, que les echo de menos. Pero me dedico a saltar de día a día, como si no hubiera escalón de parada, me dedico a sonreír como si no hubiera un mañana, me dedico a soñar en vida, tampoco es tan difícil. Solo hay que dejarse llevar, como cuando eras pequeña, y te decían: << venga, venga, agárrate de mi mano y mueve una pierna y otra>>. Te dejaste llevar, y aprendiste a caminar. O cuando decían: <<La ''b'' con la a se dice ''ba''>>. ¿Cuántas veces lo repitieron? ¿Y aprendimos? Sí, aprendimos. ¿Recordáis vuestro primer beso? ¿Y los consejos que te daban para darlo? Lo típico de: ''déjate llevar''.
En la vida, hay tres cosas a seguir: Sonreír; Vivir; Dejarse llevar. Si el destino te lleva a un sitio, déjate ir, el destino sabe lo que tú eres, fuiste, y serás. ¿No te entra curiosidad de saber lo que serás dentro de un par de años? ¿Y dentro de 20 años? ¿A que sí? Pues déjate llevar, no desaproveches ningún día de tu vida, porque son el mejor regalo que tu madre, y tu padre, te hayan podido dar. A aquellas personas, que sus padres o uno de ellos, no se haya comportado como tal... Agradece que es lo único y lo más bonito que te ha dado, y aprende, a saber tratar a tu hijo, como ellos nunca lo hicieron, dales envidia, sonríe. Mira, mira... Con tu sonrisa, eres más hermosa, con tu vida eres de carne y hueso.
De tu sonrisa, nace la mía.

No hay comentarios:

Publicar un comentario