Perfectamente imperfecta.

miércoles, 18 de enero de 2012

'> Volví a caer en la trampa. Mirarte a los ojos, y que mis ojos, como una televisión, rule imágenes que ponen unas letras en mayúscula: T E Q U I E R O.
Volví a caer en la trampa. Mirar tus labios, verlos carnosos, rojos pasión, bonitos, dulces y finos... Y, seguro que sabrosos. Y mirarlos, y querer pegar los míos con los suyos.
Volví a caer en la trampa. Mirar tus manos, y con miedo, agarrarme de las tuyas y sentirme protegida. Las mías, heladas como un iglú, podría habitar un oso polar ahí. Las tuyas, calientes como si de una estufa se tratara.
Volví a caer en la trampa. Mirar tu cuello, y querer poner tus manos ahí, y fundirlo en un cálido abrazo... O llenar su piel de besos transparentes. De besos que dicen la verdad, que no mienten.
Volví a caer en la trampa. Mirar cómo ríes, y... Sin darme cuenta, como una tonta, reírme yo, como si estuviera yo en esa conversación.
Volví a caer en la trampa. Mirar una y otra vez la hora, para saber a qué hora aproximadamente podría verte, o hablar, o... Escucharte, simplemente. O aunque solo me dejaran un segundo.
Volví a caer en la trampa. Mirar tus fotos, y... Sentir un nudo en mi cuerpo, y ponerme nerviosa; Y no poder evitar mirar a tus ojos.
Volví a caer en la trampa... Esa que yo juré que no volvería a vivir. Pero claro, necia de mí, no escuché cuando me dijeron... ''El hombre es el único que tropieza dos veces con la misma piedra'', pero ¡eh! llámame masoquista, pero... No me arrepiento de nada, quizás después sí, pero... Ahora, me encanta lo que observo, lo que miro, lo que deseo.

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